Diagnostico:
Un transgénico (organismo
genéticamente modificado u OGM) es un ser vivo creado artificialmente con una técnica
que permite insertar genes de virus, bacterias, vegetales, animales e incluso
de humanos a otro espécimen totalmente distinto. Esta técnica permite saltarse la
selección natural al intercambiar genes entre especies que naturalmente no
podrían cruzarse.
Por ejemplo, los
biotecnólogos pueden tomar el gen de una bacteria e insertarla en el maíz
creando un organismo completamente nuevo, esto con el fin de producir una sustancia
insecticida, o insertar genes de otro organismo con el fin de hacerlo
resistente al herbicida con base en el glifosato (sustancia altamente dañina
para el medio ambiente y la salud humana y animal).
Riesgos para la salud humana
Nadie garantiza que el consumo
de alimentos transgénicos sea seguro para la salud de los consumidores en el mediano
y largo plazos. Por el contrario, diversos estudios de laboratorio muestran
claramente que el consumo de transgénicos presenta serios riesgos para la salud
humana:
• La alteración o inestabilidad
de los genes puede llevar a la producción de nuevas toxinas.
• La nueva proteína producida
por el gen externo puede provocar alergias.
• Nuevos estudios sugieren
que el consumo de transgé-nicos puede alterar la fertilidad de los consumidores.
Nuestro
derecho a una alimentación sana
Priorización de la problemática:
El derecho a la alimentación
se incluyó originalmente en el artículo 25 de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos promulgada en 1948, y se plantea de forma expresa en el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), aprobado en
1966 y vigente desde1976 (4). En México, fue hasta el 13 octubre de 2011 cuando
la Cámara de Diputados aprobó la reforma constitucional que instaura este
derecho que establece que toda persona tiene derecho a una alimentación
nutritiva, suficiente y de calidad y que el Estado debe garantizarlo.
Schutter, Relator Especial
de las Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, recalcó la
importancia de actuar de manera incisiva para llevar a la práctica el derecho a
la alimentación. El experto señaló que el cultivo de maíz transgénico en México
constituye un grave riesgo para la diversidad de las variedades nativas de
maíz, ya que la contaminación genética por el flujo de polen y las prácticas
humanas de intercambio de semillas haría prácticamente imposible mantener la
coexistencia de las variedades nativas con el maíz transgénico.
La posible pérdida de biodiversidad
agrícola sería muy grave, ya que a largo plazo, la mejora constante de las variedades
locales como consecuencia de las prácticas de los agricultores de almacenar,
volver a sembrar e intercambiar las mejores semillas en función del entorno, es
fundamental para asegurar la adaptación a alteraciones climáticas imprevisibles
así como el abastecimiento de alimentos.
Cultivos
transgénicos: peligro para la biodiversidad y para el maíz mexicano
Diseño de estrategia:
El resultado de la atual
política agroalimentaria en nuestro país es dramáticamente extremo: por un lado
19.5 millones de personas sufren pobreza alimentaria, y por el otro, 70 por
ciento de la población es obesa o tiene sobrepeso. Actualmente México ocupa el
primer lugar en obesidad infantil y el segundo en obesidad en adultos a nivel
mundial. Esta es la causa principal de enfermedades como la diabetes, que
actualmente es el mayor problema al que se enfrenta el sistema nacional de
salud.
La solución para el hambre,
la obesidad y los problemas de salud que se derivan no está en el
fortalecimiento de la agricultura industrial, que encuentra su máximo exponente
en los cultivos transgénicos. La respuesta está en la consolidación de
programas para el campo que ofrezcan más apoyo a los pequeños agricultores,
impulsando políticas públicas que los vinculen con los consumidores. Aturdidora
paradoja Guía de transgénicos y consumo responsable Esta decisión fue aplaudida
a nivel internacional. Oliver De Schutter, Relator Especial de las Naciones
Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, recalcó la importancia de actuar de
manera incisiva para llevar a la práctica el derecho a la alimentación. El
experto señaló que el cultivo de maíz transgénico en México constituye un grave
riesgo para la diversidad de las variedades nativas de maíz, ya que la
contaminación genética por el flujo.
En México, cuna del maíz,
los transgénicos pueden producir impactos inesperados e irreversibles en el ambiente,
tales como la contaminación genética de especies nativas o silvestres. De
hecho, ya se han presentado diversos casos de contaminación debido a la siembra
ilegal, deliberada o accidental de maíces transgénicos. Además, la siembra de
plantas transgénicas implica un uso intensivo de agroquímicos y un modelo
estricto de monocultivo que afecta la fertilidad de los suelos y reduce de
manera irreversible la biodiversidad.
Cada año, México importa de
Estados Unidos más de 10 millones de toneladas de maíz, contaminado con transgénicos,
debido a que los cultivos convencionales fueron desapareciendo en este país, en
gran medida, como consecuencia de la contaminación genética.
Las autoridades mexicanas no
hacen ningún tipo de monitoreo ni tienen control sobre estos maíces transgénicos,
por lo cual, además de que se puede desviar para siembra y contaminar nuestros
maíces nativos, también es posible encontrarlos en muchos de los alimentos
industrializados que se venden en nuestro país.
En el año 2009, el gobierno
mexicano autorizó las primeras siembras experimentales de maíz transgénico. Actualmente
ha otorgado 161 permisos a las empresas de transgénicos, situación que pone en
riesgo de contaminación nuestros maíces nativos, amenaza a campesinos y a consumidores,
comprometiendo nuestra soberanía alimentaria.
Además de maíz transgénico,
en México se están sembrando cientos de hectáreas de algodón que han contaminado
al algodón silvestre y miles de hectáreas de soya transgénica provocando la
contaminación de miel con polen transgénico. No necesitamos más evidencias del
riesgo que correrá nuestro maíz con la siembra de maíz transgénico.
Al dar estos permisos, las
autoridades están ignorando el principio precautorio, que obliga a detener la comercialización
de productos potencialmente nocivos, hasta que se haya demostrado plenamente su
inocuidad, es decir, que no causan algún daño.
¿Cómo
evitar comer transgénicos y defender nuestra alimentación?
La primera recomendación
para no comer transgénicos es elegir alimentos frescos y naturales y evitar los
alimentos industrializados que pueden contener ingredientes transgénicos. Esta
sencilla acción puede garantizar una alimentación libre de transgénicos y
saludable, al evitar también los azúcares, grasas parcialmente hidrogenadas
(trans), aditivos, colorantes y conservadores.
La segunda medida, es exigir
al gobierno mexicano que pida el etiquetado de productos importados que estén
contaminados por transgénicos, para que la población decida si los consume o
no, tal y como se está votando actualmente en California.
Tips
para el consumo responsable
Plan a seguir:
Cada vez que adquirimos
nuestros alimentos podemos incidir en el sistema económico para alcanzar una
mayor sustentabilidad, sin afectar nuestra economía: Elige los productos
orgánicos y de comercio justo. Los productos orgánicos respetan el ambiente en
su proceso de elaboración y son más sanos y seguros que los procesados de
manera industrial. La certificación y denominación de orgánicos reconocida
internacionalmente prohíbe la utilización de transgénicos -o derivados de
éstos- en los productos de la agricultura y la ganadería. Los productos de
comercio justo permiten, además, combinar el cuidado del ambiente con un
verdadero empoderamiento de las comunidades campesinas a través de la
repartición equitativa de las ganancias y de la toma de decisiones.
Prefiere los tianguis,
descarta los supermercados En la actualidad, podemos encontrar en el tianguis
una gran cantidad de productos locales y frescos vendidos directamente por los
productores. Además, el tianguis es un espacio público que no está controlado
por transnacionales, como ocurre con los supermercados.